
Este trabajo de clase, parecía ser uno más, pero por suerte no fue así. En esta oportunidad, un nuevo profesor se unía al grupo, y como esperábamos muchos, empezó a ajustar muchos cabos sueltos.
Futbolero como soy, supongo que más o menos así, deben sentirse algunos jugadores cuando llega un nuevo director técnico, con las esperanzas renovadas, con ganas de mostrarte, y esa sensación de que este sí te va a sacar el jugo.
En este clima comencé a trabajar en lo que sería un proyecto de papelería comercial para Mapfre, una reconocidísima empresa de seguros.
Siempre es una linda sensación sentirse exigido, sobre todo cuando uno tiene la suerte de hacer algo que le gusta, y entonces se puede aprender. A lo largo de las publicaciones, y como me reconozco un diseñador que recién comienza a diseñar en serio y como se debe, se van a dar cuenta de que escribo mucho sobre aprender.
En cada cosa que hacemos se aprende algo nuevo, es una máxima, creo. En este caso de un profesor que vino a cambiar muchas cosas y algunas de manera radical; y supongo, al menos desde mi experiencia que fue bueno para todos.
Aquí les dejo una muestra de las piezas creadas para ese trabajo práctico sobre Mapfre.


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