
Uno de los primeros trabajos de Taller de diseño que más me atrajo, fue el de crear una marca para el Teatro 25 de Mayo de Santiago del Estero.
A esa altura de mi formación como diseñador, había leído dos conceptos que resultaron de gran influencia en varios de mis futuros trabajos. Uno es parte del libro de Adrián Pierini, Designers GO!, donde plantea lo siguiente: “… surgen sus primeros diseños, y en ellos se revela la ansiedad por volcar todo el impulso creativo latente y esa necesidad de impresionar poniendo todos los recursos gráficos conocidos. ¿Por qué? ¿Necesitan, acaso, demostrar que su trabajo tiene valor a través de un gran esfuerzo de elaboración? ¿Creen que un desarrollo simple posicionaría su elección profesional como facilista y sin futuro?
¡Dejen de lado esos preconceptos! El diseño es síntesis, la belleza de lo básico… Definamos las piezas gráficas , de ahora en más, como un medio de comunicación claro, contundente, sin dobles discursos y por supuesto fácilmente decodificable.
Entiendan esto…, y sin duda ya habrán dado el primer paso hacia la creación de piezas realmente profesionales.”
El otro concepto es de Diego Giaccone, y con el que inicia su libro Quebranding!: “La marca no es logo. La marca es el conjunto de cualidades, de atributos tangibles e intangibles que el consumidor decodifica asignándole significado, generando recordación y potenciando la relación con esa marca, generando fidelidad a largo a plazo.”
Bajo estos conceptos nació esta marca realizada para un trabajo de clase, que causó una buena impresión en profesores y compañeros. Simple, claro y efectivo; nada más.

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